"Elresultado electoral francés demuestra que los partidos de derechas pueden ser derrotados". Estas fueron las palabras de Elly Schlein, líder del partido PD, principal fuerza de la oposición italiana. Fue una de las pocas líderes de la política italiana que celebró el resultado de las elecciones francesas.
Los representantes de los partidos centristas italianos han advertido, en cambio, que el precio a pagar por haber conseguido bloquear a la extrema derecha pasa por la dificultad de formar Gobierno.
En el bloque de la derecha, como ocurriótras la primera vuelta de las votaciones, el líder del partido de la Liga, Matteo Salvini, ha sido de los primeros en reaccionar, afirmando que la movilización de Macron no funcionará, ya que lo que falta es una mayoría sólida.
La Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni, no ha hecho comentarios
Giorgia Meloni se dirigía el lunes a Washington para asistir a la cumbre de la OTAN. Dados los últimos acontecimientos y el hecho de que el mismo día tanto Le Pen como Salvini se unieran al nuevo grupo político de Orban, Nicoletta Pirozzi, responsable del programa sobre la UE en el Instituto de Asuntos Internacionales italiano, cree que hay razones para que Meloni celebre el resultado de las elecciones francesas.
"La derrota de Le Pen no es necesariamente mala para Meloni", afirma Pirozzi. "Meloni puede representar un lado más cooperativo del bloque de la derecha, por así decirlo, uno que pueda llegar a un acuerdo con la nueva Comisión encabezada por Ursula von der Leyen", prosigue Pirozzi.
Según Pirozzi, lo ocurrido en Italia no podría repetirse en Francia. En primer lugar, dice que los partidos de la oposición italiana no consiguieron formar un frente unido contra el bloque de la derecha, y en segundo lugar, porque la votación de las elecciones europeas ha demostrado lo fuerte que sigue siendo el apoyo a Meloni.
Sentimientos encontrados entre los italianos
En general, los italianos tienen sentimientos encontrados sobre los resultados, y eso no se aplica sólo a la clase política. Según algunas de las personas que conocimos en las calles de Roma, hay lecciones que aprender en Italiade lo que ha ocurrido en Francia.
"Es bonito ver que en Francia las generaciones jóvenes se han movilizado y han ido a votar para cambiar la situación política", dice un hombre de unos veinte años, y añade que "sería estupendo hacer lo mismo aquí en Italia y animar tanto a jóvenes como a mayores a ir a votar."
Mientras la coalición de izquierdas francesa lucha por encontrar un compromiso, la ya evidente crisis de liderazgo de Emmanuel Macron tendrá consecuencias tanto en Europa como en Italia.
